Bebé,
Una vez más, la vida nos pone en el mismo lugar, a mil kilómetros de distancia. Tener el corazón roto es un dolor tan íntimo pero tan común, que no veo por qué atravesar esta pena por separado. Tú estuviste casado cinco años y, aunque lo mío no sea comparable en números, una tusa es una tusa en Munich, en Madrid o en cualquier lado.
Antes que nada,
debes dejar de stalkearla. No mires sus tweets ni sus fotos de Instagram. Si te
ves revisando a qué le ha dado Like, bloquéala. No llegues tan bajo, porque eso
solo te va a hacer más daño. Parecerás inmaduro y la prensa hablará más de ti,
pero todo vale cuando se busca primero la tranquilidad de uno.
No escuches
canciones tristes. Escucha vallenato, pero no del sentimental. En estos momentos, Martín Elías
tiene esa personalidad a la que todos debemos apelar. Tengo
un par de canciones de él que te pueden ayudar. También, como sé que te gusta el reggaetón
tanto como a mí, saca ya de tu biblioteca canciones melcochudas como las de
Chino y Nacho. Andy Rivera y Pitbull tienen buenos temas para empoderarte y
convencerte de que todo lo que necesitas es rumbear y bailar hasta abajo.
Recurre a tus
amigos, como yo, por ejemplo. Esos que te quieren tal y como eres desde que
jugabas en el Envigado, los que desde el principio supieron que ibas a hacer
historia en Banfield, a los que siempre les hacías goles de volea y por eso el gol contra Uruguay les pareció haberlo recordado. Esos, que te dicen que has salido de peores
y que también vas a salir de ésta.
Lo que sí te voy
advirtiendo de una vez y por todas es que nunca vas a llegar a odiarla. Vendrán
malas influencias, que te dirán que te recuperarás más rápido si conviertes tu
dolor en rencor, pero yo te digo que no. Los días van a pasar, las noches
interminables van a terminar y los momentos felices van a dejarte de doler. Yo no habría preferido no sufrir ahora, porque significaría no haberla querido nunca. Vamos a estar bien. Como dice Cristiano, calma calma.
Te ama, Manu.
Te ama, Manu.