Muy temprano en la carrera de Periodismo, y con muy temprano
me refiero a las siete de la mañana, le enseñan a uno los criterios de
noticiabilidad. Escribiendo en mi teclado de Community Manager, no los recuerdo
muy bien. Algo tenían que ver con proximidad, actualidad, con los sujetos
implicados… en fin. Quizás por mi poca capacidad para recordarlos tengo un
teclado de Community y no uno de redactor, y los que tienen uno de redactor es
porque seguro los conocen a la perfección. Entonces publican que a Maluma le dio
duro la altura del Ecuador.
Hace quince días vi el video en el que un
bus del SITP mata a una empleada de una estación de servicio de Terpel. Con
“la mata” me refiero a que le pasa por encima. Me llené de ira y recordé una de
las razones por las que tengo un teclado de Community y no uno de redactor:
puesto que en mi memoria no hay registro de una sola vez en la que las
instituciones de este país hayan actuado con rectitud, mantener la objetividad
me queda muy complicado. La objetividad se enseñaba en la clase de las nueve,
no tan temprano.
Cuando creí haber superado mi episodio de ira, llegó a mi
scrolling la noticia de que habían violado
una conductora del SITP. Me sentí ultra mal, por haber juzgado a todos los
choferes del sistema, a raíz del arroyo de la empleada de Terpel. Una vez más,
la deficiencia de nuestras instituciones quedaba en evidencia: no se enseña
igualdad de género y los manes creen que la dignidad de una mujer no es tan
urgente como los antojitos repentinos de su miembro.
El salchichón
Hay una razón de peso para que los retratos hablados no se
firmen con autor y fecha, como pasa con el resto de obras de arte: a cualquiera
le daría vergüenza atribuirse semejante resultado
de carboncillo y lápiz. Entonces, un día cualquiera usted se puede
encontrar una secuencia de noticias así: Conductora del SITP violada en el bus
que conducía, con un salchichón – Este es el retrato hablado del presunto victimario – Hombres
protestan por proyecto que busca prohibir andar sin camisa en Cartagena
- Maluma
se enferma por altura en Ecuador. Y esos son los medios vigías de nuestra
democracia. Esto lo aprendí en la clase de las dos.
Todos decimos mentiras porque siempre habrá razones para no
decir la verdad, seguro habrá escrito Cohelo en alguna de sus páginas. Quién
sabe qué motivó a la conductora del SITP a inventarse semejante barbarie y lo triste
no es su deshonestidad. Los moralistas pueden estar tranquilos, ella ya no va a
ir al cielo y nadie nunca la va a volver a contratar.
Preocupante es que los periodistas hayan caído en la trampa,
después de haber ido a mis clases de siete, de nueve y de dos. Dicen que el
parte de Medicina Legal -en un principio- reconoció la existencia de una
violación, pero yo no estudié medicina sino Comunicación. Aún peor que la
ingenuidad de mis colegas, es que la noticia nos pareció creíble y probable a
todos. Sin tapujos, el SITP pudo emitir un comunicado en el que asegurara que cada
bus cuenta con monitoreo satelital, cámaras de seguridad y botones de pánico, y
que no habían registrado dicha violación con un salchichón. Pero no, y ya no
tuvimos miedo de lo que pasó sino de lo que puede pasar, que es peor.
Hay que admitir que es reconfortante saber que a la pobre
mujer no la violaron con un salchichón ni con nada y que por lo menos en Patio
Bonito sí hay puntos (que funcionan) para recargar la tarjeta del SITP.