Para empezar, no habría convocado, ni siquiera le habría mandado scout, a Medina. Lo habría dejado ir a su cita en la peluquería, que se nota que ha aplazado desde que se concentra con la selección. A Falcao lo habría mandado a acompañarlo. Para eso, lo habría sedado, para evitar amarrarlo mientras estuviera despierto. Habría ordenado que los raparan a ambos, para evitar tendencias a la queratina.
James, Yepes, Cuadrado y Ospina, luego de haber disfrutado de cada una de las cinco estrellas del hotel, le habrían dictado una clase de fútbol al resto de la plantilla. Una vez terminada la clase, habrían salido a la cancha, advertidos de no acerarse a Luis Suárez, porque ese tipo mete mordiscos en vez de goles. Habría parado un equipo a la defensiva, quieto, sin juego, anti fútbol, sin delanteros, porque Teófilo no sabe jugar, Jackson no sabe correr y Falcao está en la peluquería. Y no me habría importado que me chiflaran en el Monumental, porque ya estaríamos en la lista del Maracaná.
