lunes, 6 de junio de 2016

En defensa de Baum: porque no es el único que se parece al Bronx

Aquí no estamos para regañar, echar al agua o juzgar por sus prácticas rumbísticas a nadie. Baum se parece al Bronx, aunque más de uno se ofenda en gran medida por aquello.

Baum es un club nocturno de Bogotá. Queda en la calle 33 con carrera sexta, a 24 calles del Bronx. Baum abre viernes y sábados, y en ocasiones los jueves, desde las 11 de la noche hasta las 9 de la mañana. Una semana movidita, ofrece 30 horas de atención al público. En promedio, caben 350 personas, pero unas van de previa, otras con toda, otras hasta las quince y otras hasta que empiecen a barrer. Son más de 350, como pueden ver.

Como en cada discoteca arribista, toca atravesar un prejuicioso filtro, en el que los bouncer analizan que no se esté cometiendo un crimen de la moda. Es que esos son los crímenes que importan, porque con un poco de disimulo y expertise, se puede conseguir un gramo de buen perico entre 30 y 40 mil pesos.  


Se puede hacer vaca con los amigos para el guaro o para trips, pepas, pepitas y pepotas, si es que acaso las que pidió a domicilio se le olvidaron en la otra chaqueta. Claro está: todo el ambiente perfumado por el aroma de la recién legalizada, marihuana medicinal. Siempre medicinal. 


Adentro no violan niños, no pican gente, no la lanzan a los perros ni hay canecas llenas de ácido para desaparecer cuerpos. De pronto hay uno que otro extranjero siendo marraneado, pero bajo su voluntad. Por eso vamos a ignorar este argumento tan cojo de quienes defienden a Baum del Bronx. 


Calculémos que, en una mala noche, 500 personas se enrumben en Baum. Como no había mucho ambiente, solo 20 se animaron a comprarse su gramito de perico. Veinte por 30 mil, 600 mil pesos para un dealer elegante y de malas. La misma plata que se hace un jíbaro bien chirri en su agosto, cuando logra vender 1200 cigarrillos de basuco. Ahora, solo por diversión, hagan el cálculo estimado para el Baum Fest, en el que se enfiestan 
más de 7000 personas. 


Baum y todos se parecen al Bronx, porque son focos de negocio para el narcomenudeo (es una palabra real porque la investigué). Póngase en la Toyota Prado de un narco y reflexione: un cigarrillo de basuco ya armado vale 500 pesitos y un gramo de perico del bueno vale 30 mil. Un buen trip puede valer 25 mil pesos, uno anfetoso vale 10 mil. Hay quienes compran de a un gramo de hierba y otros se van por el kilo¿Qué negocio prefieren? Los dos, porque ambos dan platica y mucha. 


No solo Baum se parece al Bronx. Rumbeaderos, chuzos, rockolas, karaokes, kinkies y esquinas también, porque allá se compran y venden drogas ilícitas. Drogas que, les guste o no admitirlo, financian Toyotas Prado además de la violencia y la corrupción del país más feliz del mundo. 


Conserva la calma. El "doctor" Peñalosa no hará operativos en Baum, ni Armando, ni Theatron, y mucho menos en Andrés. No conserves la vergüenza. Sentirse menos responsable por tu país, porque tu droga te cueste 30 mil y no 500 pesos no te hace menos criminal, pero sí más bobito.