martes, 5 de agosto de 2014

Prueba de supervivencia desde el cubículo

Todos, alguna vez, borrachos de adolecencia o de aguardiente, hemos jurado solemnemente no terminar en un cubículo. Como resultado de la pubertad, nos prometimos, una noche, cualquier noche, no dejar de ser lo que somos con tal de encajar en el esquema de los "colombianos de bien". Choose Life. Choose a job. Choose a career. Choose a family. Choose a fucking big television, y de repente guardamos los Converse y estrenamos zapatos que no sirven para huir.


Luego de atravesar con torpeza una adolecencia impuntual y esporádica, decidí no dedicarme a escribir. Hice caso omiso a lo que todos decían y le dije no al matrimonio con la escritura. No iba a redactar párrafos sobre algo que no me apasionara solo con tal de comer. Prefiero morir de hambre que de aburrimiento, y sentir pasión en un cubículo es muy difícil, entonces sí: escribo esto desde el mío, con una inspiración estreñida, una escacés sinvergüenza de ventanas y padeciendo la fatalidad de todos y de cada uno. Pueden llorar, pueden viajar, pueden hacer lo que quieran: en alguna parte del mundo le espera a cada quien su puto cubículo.



He llegado a pensar que esta silla me esperó siempre, así haya querido omitirla con cada decisión que tomé antes de sentarme en ella.Qué pesar que esto sea sinónimo de éxito, de "ser alguien en la vida". Choose good health, low cholesterol, and dental insurance.Yo no soy esto. Yo no soy periodista. Yo no soy parte de nada. Escribir no es mi trabajo. Escribir es mi vida. Soy escribir y no voy a ser en un cubículo.

Tendré un affair con las palabras. Si me preguntan, lo negaré. Nos veremos los fines de semana. Inventaré congresos de algunas cosas y nos iremos de vacaciones. Tal vez a Aruba, tal vez a Australia. Será un romance clandestino, blindado contra la cotidianidad y la monotonía. Apasionado, fiel y comprensivo. Eterno, íntimo y divertido. No pongo los cachos, pero si he de serle infiel a alguien, a la vida, a la costumbre, al trabajo, al sueldo, al destino, será con la escritura. No. No terminé en un cubículo. Empiezo en uno y no voy a volver a ninguno.









3 comentarios:

  1. Quién es ese shurro al lado tuyo???

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    1. Me encanta saber que quien escribió este primer anónimo se llama Diego Marín.
      Manu, qué buenas y acertadas palabras para describir lo que muchos, al igual que tú, resignados por seis meses a un cubículo y una patalla de computador, estamos viviendo por obligación.

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  2. que le dirías a la Manuela de 17 años?

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